Konstantín Yegórovich Makovski (en letra cirílica Константин Егорович Маковский) fue un pintor academicista ruso asociado también con el Artel de Pintores de San Petersburgo y los Peredvízhniki. Dejó una abundante y variopinta obra, entre retratos, escenas costumbristas de la vida rusa, escenas mitológicas y pintura de historia, y fue padre del poeta, editor y crítico de arte Serguéi Makovski. Su obra no fue ajena al vino. Esto lo podemos comprobar en “A Boyar Wedding Feast in the 17th Century”, fechado en 1883.

Konstantin Makovsky - A Boyar Wedding Feast in the 17th Century

Nacido en Moscú el 2 de julio de 1839 y fallecido en San Petersburgo, el 30 de septiembre de 1915, Konstantín Yegórovich fue hijo de Yegor Ivanovich Makovsky, pintor aficionado y uno de los fundadores de la Escuela de Pintura, Escultura y Arquitectura de Moscú; su madre –de ascendencia germano-báltica– era pianista y sus otros tres hermanos, Vladimiro, Nicolás y Alejandra también fueron pintores. Entre 1851–1857 se formó en la Escuela de Arte, Escultura y Arquitectura de Moscú, y en 1862 recibió su primera medalla de oro, habiendo estudiado desde 1858 a 1863 en la Academia Imperial de Bellas Artes de San Petersburgo, en al que ingresó como miembro en 1867 y de la que fue profesor desde 1869.

Entró en el colectivo Artel de Pintores de San Petersburgo, liderado por Ivan Kramskoi, y orientado hacia los temas de pintura de género y social, como la del conjunto de artistas conocidos como los «peredvízhniki». Desde 1870 fue miembro fundador de la Sociedad de Exposiciones de Arte Ambulante creada en protesta contra el academicismo de la Academia Imperial de las Artes. Mediada la década de 1870 realizó un periplo viajero por Egipto y Serbia que modificó su parcial interés por los temas sociales y psicológicos por objetivos artísticos relacionados con el color y forma. No obstante, durante la década de 1880 fue uno de los más ponderados autores de moda como retratista y autor de encargos de pinturas históricas, llegando a convertirse en uno de los artistas rusos más apreciados y mejor pagados de la época. En la Exposición Internacional de París de 1889 recibió la Gran Medalla de Oro por sus pinturas Muerte de Iván el Terrible, El Juicio de París y Demonio y Tamara. Algunos críticos coinciden en apreciar su dominio académico de la pintura sin dejar de señalar su superficialidad, mientras que otros lo ven como un precursor del impresionismo ruso. Murió a causa de un accidente callejero, cuando su coche de caballos fue atropellado por un tranvía eléctrico en San Petersburgo.

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Un artículo de Alberto Muñoz Moral
Responsable de Comunicación de Licores Reyes