Joaquín Sorolla fue un prolífico artista español. Dejó más de 2200 pinturas catalogadas, varias de ellas intimamente relacionadas con el mundo del vino. Su obra madura ha sido etiquetada como impresionista, postimpresionista y, sobretodo, luminista.

Viejo castellano vertiendo vino

“Viejo castellano vertiendo vino”, obra realizada durante 1907, en plena madurez artística, es uno de los mejores exponente de como Sorolla veía el vino. Sorolla pinta este cuadro en su etapa de mayor éxito y reconocimiento: su fama internacional llegará con las exposiciones de París (1906) y Nueva York (1909), en las que alcanza un importante éxito de ventas y de crítica.

En la etapa que nos ocupa, Sorolla muestra una incipiente preocupación por temas sociales. Muestra, en sus cuadros, acciones y conflictos de gente corriente. “Viejo castellano vertiendo vino” es exactamente eso, el reflejo de un sexagenario varón de las tierras valencianas, que deposita caldo de la tierra en un vaso, con un tratamiento de la luz francamente sorprendente y brillante, que podemos apreciar especialmente en la capa del hombre. De la jarra a la copa podemos ver el líquido fluir, así como apreciar los constantes juegos de luz que Sorolla nos plantea.

Joaquín Sorolla Bastida supo captar la luz mediterránea de forma única. Los estudios no le llaman la atención, sintiendo gran inclinación por el dibujo y la pintura. «Los duelos con sol son menos», fue una frase de Sorolla que lo identifica muy bien como pintor de la luz mediterránea. La escribe el 12 de julio.

Viejo castellano vertiendo vino 2

Sorolla no desaprovechó la oportunidad de presentar su «Visión de España», una imagen de las tierras y las gentes de su país contemplada a plena luz del sol. Su punto de vista, en ocasiones aparentemente ingrato, solía mostrar la esencia de personas sencillas en sus quehaceres diarios, con un trasfrondo tierno y orgulloso. Orgullo que mostró desde tierras levantinas a todo el mundo. Su estilo luminista será tremendamente admirado. La luz valenciana, las gentes del pueblo y sus actividades protagonizarán sus cuadros, en los que la luz y el color, siempre aplicado con largas pinceladas, serán los elementos principales que podremos discernir en su obra.

Pero ¿cómo era posible pintar con tanta rapidez? El maestro sin dejar su trabajo contesta:

“Me seria imposible pintar despacio al aire libre, aunque quisiera. No hay nada inmovil en lo que nos rodea. Mira bien: el mar se riza a cada instante; la nube se deforma al mudar de sitio; la cuerda que pende de este barco oscila lentamente; ese muchacho salta para evitar las olas; aquellos arbolillos doblan sus ramas y tornan a levantarse… Pero, aunque todo esto estuviera petrificado y fijo, bastaria que se moviera el sol, lo que hace continuamente, para dar diverso aspecto a las cosas. Aquellas montañas de lejos ya no son lo que eran hace un momento. Hay que pintar deprisa. ¡Cuanto se pierde, fugaz, que no vuelve a encontrarse!”.

Viejo castellano vertiendo vino 3

Quedan muchos otros cuadros que analizar de Sorolla. Muchos cuadros con vino como este “Viejo castellano vertiendo vino”. Un artista tan prolífico tiene aun mucho que enseñarnos. Pero eso será otro día. Mientras tanto, te invitamos a que encuentres el vino que inspiro a Sorolla en nuestra tienda online. Te esperamos: http://tiendalicoresreyes.es

Un artículo de Alberto Muñoz Moral
Responsable de Comunicación de Licores Reyes