El 8 de diciembre de 1881 nace Eduardo Fló. Su padre, Isidro Fló i Font, natural de Alella (provincia de Barcelona), se casó con Mercedes Massons con la que tuvo tres hijos y murió a los 10 días del último parto. Contrajo segundas nupcias con Rosa Guitart i Serra, con la que tuvo cinco hijos, entre ellos Eduardo, que es el séptimo de los ocho hermanos. Su padre era barbero y tenía el establecimiento en los bajos de la vivienda familiar pero su temperamento inquieto hace que monte otros negocios, como uno de venta de sal que le llega desde Ibiza, otro de venta de vino de Alella y finalmente, con su hijo mayor, uno de producción de tejidos de lana, que será el que adquiere más envergadura. Su obra no fue ajena al vino. Esto lo podemos comprobar en “Retrato con copa de vino”, sin datación concreta dentro de la primera mitad siglo XX.

Eduard desde muy pequeño ya mostraba la afición y la facilidad que tenía para el dibujo. En el mostrador de la barbería dibujaba a muchos de los clientes, que quedaban maravillados de las facultades que tenía. Entre ellos se encontraba el rector de la parroquia de Santa María que le regaló su primera caja de pinturas por haber dibujado el retrato de su madre de una foto. En el colegio, su profesor, el Sr. Pedro Villuendas, le animaba constantemente a dibujar. Un hecho relevante para su futuro se produce el día que uno de los compañeros de la clase murió y Eduardo dibujó en la pizarra de la clase el entierro con todo detalle (los caballos, el coche de muertos, los curas y la comitiva), quedó tan bien que decidieron colgar la pizarra más arriba para que no se borrara y compraron una nueva (teniendo en cuenta el contexto de la época en que una pizarra era un lujo en las escuelas). Ese dibujo hizo que el profesor se diera cuenta de las habilidades de Eduardo y recomendara a sus padres que estudiara en l’Escola de La Llotja.

Debido a la habilidad natural que Eduardo tenía para el dibujo, de forma excepcional, dejaron que lo matricularan con una edad inferior a la exigida, en l’Escola de Belles Arts de Barcelona. Hay que destacar que este hecho no era muy frecuente en esa época, hubo artistas como Mir, Rusiñol o Nonell que las familias se resistían a apoyar a sus hijos por miedo a la “bohemia”. El caso de Fló fue todo lo contrario, no solo no pusieron obstáculos sino que fueron ellos quienes orientaron a su hijo hacia el dibujo y la pintura.

AÑOS DE FORMACIÓN
La Llotja y primeras exposiciones (1890-1905), época en la que combina las clases en el colegio de Badalona y las clases de Dibujo en La Llotja. En esta etapa todas las facultades artísticas del pintor empiezan a adquirir forma. Obtuvo dos menciones honoríficas por los trabajos realizados en las cla ses de Dibujo General Artístico.Pronto deja de ir al colegio de Badalona y se pone a trabajar como aprendiz de pintor-decorador y combina el horario de trabajo con las clases de Dibujo en La Llotja, que más tarde cambiará por clases de Pintura Decorativa, muy útil para su trabajo, y que más tarde compaginará con Teoría e Historia de Las Bellas Artes Industriales. En sus ratos libres se dedica a dibujar por su cuenta, dibujos que quedan recogidos en cuadernos que conservaban sus hijos. Otro alumno que se matriculó en la misma época de forma excepcional fue Pablo Picasso.

Hacia los dieciséis años deja el trabajo de pintor-decorador para dedicarse de lleno a los estudios de dibujo y pintura. Esta decisión la pudo tomar gracias a la mejora de la situación económica de su familia y a una subvención que recibía de la Infanta Isabel, hermana del rey Alfonso XII. Para ello deja temporalmente La Llotja y entra en la academia de Ricard Martí i Aguilló, hijo de Ramón Martí i Alsina, centro en el que siempre pinta del natural y empieza a dibujar modelos desnudos iniciándose así en el conocimiento del cuerpo humano.

Empiezan sus primeras exposiciones. 
Aconsejado por su maestro Ricard Martí, realiza las duras pruebas para volver a acceder a La Llotja y así poder seguir cursando estudios superiores. En noviembre de 1901 se marcha a Roma, becado por el Ayuntamiento de Badalona, dónde estará ocho meses. Antes de irse expone por primera vez en la Sala Parés de Barcelona. A la vuelta de Roma expone en la misma sala con dos obras hechas en Italia.


Entre junio y diciembre de 1905, estuvo unos meses en París gracias a un premio que le otorgaron. En 1906, una vez terminados los estudios decide dar clases de dibujo y pintura en su casa, actividad a la que se dedicará durante mucho tiempo, pues era una fuente de ingresos segura, ya que las exposiciones y los encargos no eran un trabajo estable. El éxito de sus clases permitió a su familia trasladarse a una vivienda más grande y poder abrir una academia.

En 1914 se casa con una discípula suya, María Azcué Blanc, profesora de piano, con la que tiene cinco hijos. Se trasladaron a vivir a Barcelona, pero debido a las necesidades económicas continúa no solo dando clases en la academia de Badalona sino también en el Institut Comercial de la Inmaculada de Barcelona. Debido a esto realiza muy pocas exposiciones, únicamente tenemos conocimiento de dos exposiciones individuales realizadas en la Sala Parés. También participó con dos obras en l’Exposició d’Art que tiene lugar en el Palau de Belles Arts de Barcelona y en otra colectiva también en la Sala Parés junto con artistas como Baixas, Pisaca y Estrany. En 1936 se traslada con su familia a la población de Alella hasta que termina la guerra civil.

El primo de su mujer ejerce funciones diplomáticas en representación de Francia en una torre en Llavaneras, allí se organizan tertulias con diplomáticos de otros países. En una ocasión le solicitaron que pintara unos paisajes y una de las señoras que frecuentaba las reuniones le pidió que pintara su retrato a cambio de tabaco, huevos y latas de sardinas. A partir de entonces se pasaba la semana en Llavaneras pintando retratos a cambio de comida y el fin de semana volvía a Alella con su familia.Termina la guerra y vuelven a Barcelona donde al poco muere su mujer de unas fiebres. En los años posteriores a la guerra continúa realizando encargos y dando clases particulares. También había un marchante, que viajaba con frecuencia a Cuba, que le compraba su obra y la vendía en dicho país. En 1942 vuelve a hacerse socio del Real Círculo Artístico, donde va a pintar y dibujar muchas noches. Viudo y con los hijos mayores se dedica a pintar sin obligaciones. No dejó de pintar hasta poca antes de su muerte, murió el 13 de abril de 1958. Su obra se reparte en coleccionistas privados, universidades y colegios en Barcelona y en el Museo de Badalona, ciudad en la que también tiene una calle otorgada a su nombre.