Luis Graner y Arrufi o Lluís Graner i Arrufi (Barcelona, 1863 – Barcelona, 1929) fue un pintor realista español. Su obra no fue ajena al vino. Esto lo podemos comprobar en “Los bebedores”, fechado en 1888.

GRANER-ARRUFÍ

Estudió en la Escuela de la Lonja desde 1883, y tuvo a Antonio Caba como maestro de colorido y Benito Mercadé como profesor de dibujo. En su último año académico consiguió una beca para ir pensionado a Madrid, donde copió y estudió los maestros del Museo del Prado. Después marchó a París pensionado por la Diputación, desde donde expuso a menudo en la capital catalana. Se hizo miembro de Sociedad Nacional de Bellas Artes de Francia. Más adelante regresó a Barcelona, pero continuó exponiendo por diferentes ciudades de toda Europa como Berlín, París, Madrid, Múnich, Düsseldorf y otras. Influido por la idea de ofrecer un espectáculo de arte total, donde intervengan todas las artes, organizó un espectáculo en el Teatro Principal de Barcelona, que fue un fracaso y le obligó a sobrevivir económicamente realizando retratos por encargo. Más adelante se fue a vivir a La Habana y después a Nueva York, viajando después por toda América hasta Santiago de Chile, Buenos Aires y Río de Janeiro. Durante este tiempo sobrevivió del dinero que le enviaban sus amigos. Volvió a Barcelona en 1928 y realizó una exposición en el Hotel Ritz. Murió en 1929.

En 1904 Graner encargó al arquitecto Antoni Gaudí una casa unifamiliar en la Bonanova, un barrio de la zona alta de Barcelona. Para el llamado chalet Graner el arquitecto trazó un proyecto intermedio entre la casa Batlló y la portería del parque Güell. Del proyecto se conservan dos croquis de la planta y el alzado del edificio, publicados por Josep Francesc Ràfols en su biografía del arquitecto de 1929. La casa no se finalizó debido a la ruina económica del propietario, tras el fracaso de sus negocios teatrales. Tan solo se construyeron los cimientos del edificio y la puerta del jardín, hecha de mampostería y con tres vanos, uno para peatones, otro para carruajes y un hueco circular sobre la puerta de peatones que Gaudí denominó «puerta de los pajaritos». Esta puerta estuvo en pie varios años —se conserva una foto de 1927 realizada por Marino Canosa— hasta que fue derribada. Ese mismo año encargó a Gaudí el proyecto de decoración de la Sala Mercè, en la Rambla de los Estudios, uno de los primeros cines de Barcelona. La sala imitaba una gruta, inspirada en las Cuevas del Drach de Mallorca. Junto a Gaudí intervinieron los escenógrafos Salvador Alarma, Fèlix Urgellès y Maurici Vilomara. La sala cerró en 1913 a raíz del fracaso comercial del propietario.

En “Los bebedores”, Luis Graner aprovecha en esta obra una temática costumbrista y local para realizar cinco magníficos retratos, captados con una inmediatez que nos hace pensar en la fotografía, pero que sin embargo va más allá del simple afán documental para reflejar las distintas personalidades de los hombres, reflejadas tanto en sus rasgos como en sus gestos y actitudes. Los cinco parecen posar para el pintor, o más bien mirarnos directamente, integrándonos en la festiva escena que protagonizan. El situado en el centro aparece coronado con hojas de parra, lo que nos indica que se trata de una imagen propia de una celebración popular relacionada con la vendimia. Sólo uno de ellos permanece ajeno a nuestra presencia; se trata del más joven, colocado en un segundo plano, cuya mirada vemos perdida, quizás por efecto del vino que protagoniza la celebración.

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Un artículo de Alberto Muñoz Moral
Responsable de Comunicación de Licores Reyes