Andries Benedetti (fl. 1636 – 1650), fue un pintor barroco flamenco especializado en bodegones. Su obra no fue ajena al vino. Esto lo podemos comprobar en “Mesa con postres”, fechado en el segundo tercio del siglo XVII.

Mesa con postres (segundo tercio del siglo XVII), de Andries Benedetti

Son muy pocos los datos biográficos con los que se cuenta. Algunas fuentes indican que pudo nacer en Parma hacia 1615 o 1618.1​ En cualquier caso, en 1636 se documenta su presencia en Amberes como discípulo de Vincent Cernevael y, dos años después, de Jan Davidsz de Heem, a quien estuvieron atribuidos en el pasado los cuadros de Benedetti, entre ellos los tres conservados en el Museo del Prado, hasta que aparecieron algunos bodegones firmados con el anagrama “A b fe”, con los que se hizo posible delimitar los estilos del maestro y del discípulo. En 1640 fue admitido como maestro en el gremio de pintores de Amberes, donde aún permanecía inscrito en 1649, como maestro de Jan Baptist Lust. A partir de esa fecha se pierden las noticias seguras. Su estilo, muy cercano al de Heem, se caracteriza por la riqueza ornamental de sus composiciones, algo más recargadas que las de su maestro, y la utilización de una pincelada ligera, aplicada con poca materia grasa.

En “Mesa con postres” encontramos un interior abierto a un paisaje, donde se sitúa una mesa en la que se presentan varios elementos comestibles, junto a piezas de orfebrería, vajilla, e incluso una pipa. Con la colocación de los numerosos objetos sobre un amplio tablero sigue la tendencia habitual en Jan Davidsz. de Heem (1606 h. 1683), autor a quien fue atribuida la obra en un primer momento. Anteriormente se consideraba obra de Benedetti por comparación con otros bodegones suyos. El aspecto casual que muestra la disposición de los elementos, habitual en los bodegones flamencos y holandeses de la mitad del siglo, ha sido en este caso interpretada como simbólica. Por ejemplo las ostras aluden al pecado de la lujuria, en contraste con las cercanas uvas, tradicional símbolo cristiano. La pipa también ha sido interpretada como un símbolo del hedonista abandono a los placeres y los vicios, y como una crítica a la costumbre de fumar, muy de moda en el mundo nórdico. Se cita por primera vez en 1746 en la colección de la reina Isabel Farnesio en el Palacio de La Granja.

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Un artículo de Alberto Muñoz Moral
Responsable de Comunicación de Licores Reyes