Eberhard Keil fue un importante pintor barroco danés, hijo del pintor alemán Casper Keil, quien trabajó al servicio del rey de Dinamarca Christian IV; fue alumno de Rembrandt en Amsterdam. Su obra, como la de tantos otros grandes autores, no fue ajena al vino. Esto lo podemos apreciar en Bacanal infantil, realizada durante el siglo XVII, pero sin atribuir una fecha exacta.
Permaneció en Venecia entre 1651 y 1654. Se estableció en Roma en 1656. Sus obras más destacadas pertenecen a la pintura de género realista, próximo a las de los bambochantes. Su presencia en Italia constituyó un hecho importante para la evolución de la pintura realista entre los siglos XVII y XVIII. Fue conocido en Italia como Monsù Bernardo. En su fantástico óleo sobre lienzo Bacanal infantil, “tres niños centran la composición, uno de ellos coronado de pámpanos, tiende una copa para que la llene otro con el vino de una gruesa botella. Ésta responde a la tipología de la botella de peregrino, de forma esférica, revestida de cuerda de esparto hasta la base del cuello, el cual termina en una boca abocarcada desprovista de tapón”, según considera Fernández Navarro.
Sus trabajos más célebres, los cuadros de asunto popular, entre ellos las series dedicadas a la cuatro edades del hombre y los cinco sentidos, resultan particularmente originales y no tienen parangón en la obra de otros pintores contemporáneos, probablemente a causa de la multiplicidad de influencias que recogió en su largo recorrido desde Dinamarca y por su conocimiento de la pintura holandesa, alemana, veneciana y romana. Para Fernández Navarro, “el vaso de vidrio tiene forma troncocónica y parece presentar la base rehundida hacia el interior. Se trata de una obra muy significativa de la producción de este artista, de quien consta que envió muchas obras a España”.
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