Roberto Fernández Balbuena fue un arquitecto y pintor español, que desarrolló su actividad entre Madrid y Ciudad de México. Su obra no fue ajena al vino. Esto lo podemos comprobar en “Mesa de café”, fechado en 1927.
Fue socio de honor de los Salones de Otoño de Madrid, subdirector del Museo del Prado en 1938 bajo la dirección de Pablo Picasso, presidente de la Junta del Tesoro Artístico de Madrid y delegado del Ministerio de Instrucción Pública. Realizó sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando y en la Oficial de Arquitectura de Madrid. Posteriormente amplió su formación en Roma como pensionado. Comenzó a trabajar como arquitecto junto a su hermano Gustavo. Remitió sus obras a las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes y fue premiado con tercera medalla en 1924 y con segunda en la edición de 1926 por el lienzo propiedad del Museo del Prado.
Arquitecto de profesión y reconocido pintor en los años 20s/30s del siglo pasado. Su trabajo como pintor le llevó a obtener varias medallas y mas de una docena de sus pinturas forman parte de los fondos de la colección del Museo Reina Sofía. Cuadros de estilo noucentista, que constituyeron la modernidad del primer tercio del siglo XX. En la década de los años 30 ocupó varios puestos de alta responsabilidad cultural en la República, siendo Presidente de la Junta de Salvación del Patrimonio, Subdirector del Museo del Prado y Agregado cultural en la Embajada Española en Suecia. También llegó a realizar algunas obras de arquitectura con su hermano Gustavo, igualmente arquitecto. Recientemente se ha editado un libro, la tesis de María Diez Ibargoitia, por el CSIC, Roberto Fernández Balbuena: la formación arquitectónica de un pintor.
Tras los avatares de la guerra y el desconcierto del exilio, se ubica en México donde desarrolla una gran labor de arquitecto y pintor exponiendo en diferentes ocasiones, hasta su muerte, en 1966. Durante estos años estrecha lazos de amistad con importantes escritores mexicanos, exponentes del movimiento literario el realismo mágico, y a través de ellos degusta los matices de este país que le acoge, en el que vive los últimos 26 años de su vida, falleciendo a los 76 años de edad.
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