Tintoretto, cuyo nombre es Jacopo Comin (Venecia, 29 de septiembre de 1518-Venecia, 31 de mayo de 1594), fue uno de los grandes pintores de la escuela veneciana y representante del estilo manierista. En su juventud también recibió el apodo de Jacopo Robusti, pues su padre defendió las puertas de Padua frente a las tropas imperiales de una manera bastante vigorosa. Su verdadero apellido, ‘Comin’, fue descubierto por Miguel Falomir, jefe del departamento de Pintura italiana del Museo del Prado de Madrid, y se hizo público a raíz de la retrospectiva de Tintoretto en dicho museo en 2007. Por su fenomenal energía y ahínco a la hora de pintar fue apodado Il Furioso, y su dramático uso de la perspectiva y los especiales efectos de luz hacen de él un precursor del arte barroco. Sus trabajos más famosos son una serie de pinturas sobre la vida de Jesús y la Virgen María en la Scuola Grande di San Rocco de Venecia. Su obra no fue ajena al vino. Esto lo podemos comprobar en “La Última Cena”, una de sus últimas obras, fechada en 1594.

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De Jacopo Comin, hijo de un tintorero, de donde viene su apodo, los datos relativos a su formación son escasos, aunque algunas fuentes mencionan el taller de Tiziano como una de las vías por las que el joven artista se inició en la pintura. En sus telas tempranas se advierte un conocimiento de la obra de Bonifazio de’ Pitati, Paris Bordone y Andrea Schiavone. Tintoretto empezó a ejercer como maestro independiente en 1539, cultivando en esos años asuntos religiosos, mitológicos y retratos. En 1548 pintó por encargo de la Scuola Grande di San Marco, para su sala capitular, el óleo inicial de una serie con la vida de san Marcos que representaba al santo liberando a un esclavo. En esta obra maestra se detectan componentes que emplearía en telas posteriores, como los atrevidos escorzos y las posturas forzadas tratadas con un colorido brillante. Continuó trabajando para esta Scuola entre 1562 y 1564.

Entre sus grandes ciclos decorativos ocupa un lugar destacado el de la Scuola di San Rocco, ejecutado a intervalos entre 1565 y 1567 y de 1575 a 1588, con escenas de la vida de Cristo, de la Virgen, de la Pasión y de san Roque. En este conjunto de grandes lienzos consiguió sorprendentes efectos con la luz y el color. Tintoretto intervino, junto con Veronés, en la renovación de la decoración del Palazzo Ducale de Venecia entre 1574 y 1577. Su periodo más prolífico tuvo lugar durante las dos últimas décadas de su vida, en las que sin disminuir su actividad en Venecia realizó encargos para las cortes extranjeras de Praga, Mantua, así como para El Escorial. Toda su carrera artística se desarrolló en su ciudad natal, de la que sólo salió para viajar a Mantua, en 1580. Dirigió un gran taller donde colaboraron tres de sus ocho hijos: Domenico, Marco y su hija Marietta. Este artista de temperamento apasionado, con un acentuado sentido dramático en sus creaciones que trató con cuidados claroscuros, está considerado, después de Tiziano, el mejor pintor veneciano. Aparte de los miembros de su familia, entre sus seguidores más importantes se encuentran Andrea Vicentino y Antonio Vasilacchi, conocido como L’Aliense.

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Un artículo de Alberto Muñoz Moral
Responsable de Comunicación de Licores Reyes