Pieter Steenwijck (también escrito van Steenwijck, Steenwyck y van Steenwyck, nativo de Delft, c. 1615, y fallecido después de 1656) fue un pintor del Siglo de oro neerlandés especializado en la pintura de bodegones y vanitas. Su obra no fue ajena al vino. Esto lo podemos apreciar en su genial Emblema de la Muerte, fechada entre 1635 y 1640.

Era hijo de Evert Steenwijck, Brillenmaecker (el que fabrica gafas) de Delft, y hermano menor del bodegonista Herman Steenwijck. Ya en 1642 se documenta a Pieter como miembro de la guilda de San Lucas de Delft, pero en 1644 se unió al gremio de Leiden y entre 1652 y 1654 trabajó en La Haya. Su firma en una naturaleza muerta fechada en 1656 indica que aún estaba vivo en esa fecha, cuando se interrumpen las noticias sobre él. Steenwijck aplica a la vanitas, género en el que, de acuerdo con los inventarios conservados, él se especializó, la estructura compositiva, gama cromática e iluminación características de los llamados bodegones monocromos de Willem Claesz Heda y Pieter Claesz.

Según se recoge en el texto extractado de Posada Kubissa, T.: Pintura holandesa en el Museo Nacional del Prado. Catálogo razonado, Museo Nacional del Prado, 2009, p. 134, “el color, aplicado con una pincelada lisa y homogénea, se constriñe a la gama de marrones y amarillos, sólo rota por el blanco de los pergaminos. En este contexto cabe señalar que se trata de una de las escasas vanitas que incluyen una bolsa de viaje entre los objetos representados, en clara alusión, como dice Bergström, a la vida como viaje”.

Este mismo documento explica que “dos instrumentos musicales presentes en la composición, un laúd y una flauta dulce, ayudan a remarcar el carácter de vanitas de la obra. El artista hace alusión a la música como un elemento más del fugaz placer. Es frecuente en la pintura flamenca representar el laúd boca abajo en bodegones y naturalezas muertas, simbolizando el final de la música. La flauta se dispone en el interior de una calavera, enfatizando el citado sentido de vanitas por el contraste evocado entre el placer pasajero de la música y el destino final del hombre”.

Las vanitas de Pieter Steenwijck pueden caracterizarse por el violento contraste entre los objetos de lujo y el cráneo desnudo, «el símbolo más traumático de la muerte», lo que al menos en el caso de una Vanitas conservada en el Steedelijk Museum De Lakenhal en Leiden, se justifica como alegoría o «memento mori» dedicado al almirante Maarten Harpertszoon Tromp, como puede observarse en las páginas del libro abierto con la Oratio funebris por el almirante y en el papel con su retrato en grabado fingido, integrados de forma casi natural con la calavera, la corona de laurel y el globo terráqueo sobre un rico tapete de brocado.

Si el estilo pictórico de su tío David y el de su hermano Harmen es conciso, y muestran los objetos y las cosas -aun las desagradables o truculentas- de forma bella y estética, con rico colorido y bañadas en agradables contrastes de luz, Pieter tiende a la monocromía, a la planitud, y usa gamas de pardos, tierras y una iluminación mucho menos dramática, lo que aleja su estilo del de aquellos, aun cuando cultivasen temas similares.

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Un artículo de Alberto Muñoz Moral
Responsable de Comunicación de Licores Reyes