Juan Gris es considerado una de las principales figuras del movimiento cubista. Su importancia radicó tanto en sus obras, en las que predominó el interés por el retrato y el bodegón, como en su aportación teórica. Estudió en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid y posteriormente con el pintor José Moreno Carbonero, al tiempo que colaboraba con diversas publicaciones periódicas como Blanco y Negro y Madrid Cómico. En 1906 se trasladó a Francia, donde permanecería el resto de su vida, y se instaló en el Bateau-Lavoir de París. Allí conoció a Pablo Picasso, Georges Braque y a los escritores Guillaume Apollinaire, André Salmon y Max Jacob. Durante esta época, se ganó la vida dibujando para revistas como L’Assiette au Beurre y Le Cri de Paris y decidió abandonar su verdadero nombre y adoptar el seudónimo de Juan Gris. La obra de Gris no fue ajena al vino. Esto lo podemos comprobar en “Bodegón”, su obra de 1913.

Expuso en el Salon des Indépendants de 1912, momento en que su obra era ya plenamente cubista y estaba dotada de esa reflexión intelectual que marcaría toda su pintura. Ese mismo año participó en la exposición de la Section d’Or y comenzó a ser conocido; importantes personalidades dentro del mundo del arte, como Gertrude Stein y Léonce Rosenberg, empezaron a adquirir sus obras. Poco tiempo más tarde firmaría un contrato con el marchante Daniel-Henry Kahnweiler, al que le uniría una estrecha amistad. Durante el verano de 1913 Gris estuvo en Céret, donde coincidió con Picasso. En esa localidad del Pirineo francés comenzó a desarrollar la técnica del papier collé, con la que continuaba el camino abierto por Picasso y Braque a principios de ese mismo año. En el transcurso de la Primera Guerra Mundial trabajó en París, donde, en 1919, tuvo lugar su primera exposición individual en la Galerie L’Effort Moderne. En 1922, ya con su salud muy debilitada, se instaló a vivir en Boulognesur- Seine donde residió hasta su prematura muerte, en 1927. Entre 1922 y 1924 hizo escenografías para dos ballets de Serguéi Diághilev, Les Tentations de la bergère y La Colombe. Paralelamente seguía pintando y escribiendo ensayos teóricos como Notes sur ma peinture (1923) y Des possibilités de la peinture (1924). No es la primera obra del genial Juan Gris que analizamos en esta sección, y tiempo atrás ya apreciábamos su particular visión del vino en “Botellas y cuchillo” (1912), y “Botella y frutero” (1919).

En relación a “Bodegón”, la obra que nos ocupa, y en palabras de Paloma Alarcó, “cuando Juan Gris se dio a conocer como pintor en el Salon des Indépendants de 1912, su obra ya era plenamente cubista y estaba dotada de esa reflexión intelectual que marcará toda su pintura. Un año más tarde Guillaume Apollinaire le dedicaba un apartado en Les Peintres cubistes, y lo definía como «el hombre que ha meditado sobre todo lo moderno». Este pequeño Bodegón sobre papel repite la misma composición vertical y geométrica de otras obras de Juan Gris fechadas en 1913 y está directamente relacionado con otro dibujo realizado en carboncillo ese mismo año, perteneciente a una colección privada. En ambas composiciones aparecen varios objetos, algunos representados de forma bastante realista. Aunque no se trata de un papier collé, Chistopher Green considera que no es un boceto previo de otra obra, sino un dibujo independiente, con entidad propia, como lo eran también otros muchos realizados por Gris en 1913. El marchante del pintor y el primer propietario del cuadro, Daniel-Henry Kahnweiler, certificó el dibujo, y su autoría fue confirmada en 1976 por el historiador Douglas Cooper y por George González Gris en 1993”.

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Un artículo de Alberto Muñoz Moral
Responsable de Comunicación de Licores Reyes