Stuart Davis (Filadelfia (Pensilvania), 7 de diciembre de 1892 – Nueva York (Nueva York, 24 de junio de 1964) fue un pintor modernista estadounidense. Su obra no fue ajena al vino. Esto lo podemos comprobar en “Arch Hotel”, fechado en 1929.

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Davis nació en Filadelfia, siendo hijo de Edward Wyatt Davis y Helen Stuart Davis. Ambos trabajaban en el área artística; su padre era editor artístico del Philadelphia Press mientras que su madre era escultora. Davis estudió pintura y arte bajo la tutela de Robert Henri, el líder de la Escuela Ashcan. Davis fue uno de los pintores más jóvenes que participó en la Exposición Internacional de Arte Moderno de 1913. Allí pudo apreciar las obras de Vincent van Gogh y Pablo Picasso, lo que lo llevó a convertirse en uno de los principales exponentes del cubismo y modernismo estadounidense. Davis fue representado por Edith Gregor Halpert de la Downtown Gallery en Nueva York. Es conocido por sus pinturas hard-edge, así como por sus bodegones y paisajes. Davis era alcohólico y murió de un accidente cerebrovascular en Nueva York en 1964, a los 71 años.

Stuart Davis sintetizó a la perfección las nuevas ideas artísticas que venían de Europa con el espíritu de la sociedad norteamericana. Tomó elementos del lenguaje cubista para crear unas obras inspiradas en la vida de la metrópoli que se convirtiesen en un arte nuevo americano y que fuesen el equivalente en pintura de lo que el jazz había supuesto para la música. Su padre era el editor artístico del The Philadelphia Press, por lo que pudo conocer a otros artistas que trabajaban allí, como Robert Henri y John Sloan.

Entre 1909 y 1912 estudió en Nueva York con Henri y un año después fue uno de los artistas más jóvenes que expuso en el Armory Show. Hasta ese momento sus pinturas tomaban la paleta oscura y la pincelada gruesa de su maestro y el resto de la Ashcan School, pero el impacto de las obras expuestas en esta mítica exposición hizo que, a partir de entonces, su interés se centrase en experimentar con las nuevas tendencias artísticas. En un primer momento se interesó por el postimpresionismo para decantarse, a partir de la década de 1920, por el vocabulario del cubismo sintético, que aplicaba a la representación de productos comerciales americanos, como la serie dedicada a los paquetes de cigarrillos. En estas obras de fuertes colores, los planos pictóricos se solapan imitando, en cierto modo, el efecto del collage. En torno a 1927 sus composiciones tendieron hacia una mayor abstracción y realizó una serie de bodegones de planos geométricos superpuestos que tenían como elemento común una batidora de huevos.

Tras una estancia en París en 1928, colaboró con numerosas organizaciones que defendían los intereses de los artistas durante la crisis económica que asoló Estados Unidos. Desde 1931 Davis dio clases en la Art Students League, y a partir de 1934 representó un importante papel en la Artists Union, de la que fue presidente y editor de su publicación Art Front. Sus composiciones de ese momento, en las que se hizo cada vez más evidente la influencia del jazz, se tornaron más complejas y adquirieron unas mayores dimensiones. De hecho en este momento, Davis recibió numerosos encargos para murales, como el de WNYC Municipal Broadcasting Company de Nueva York en 1939. La ciudad moderna continuó siendo la protagonista de sus obras, salvo durante el periodo de la Segunda Guerra Mundial, en que se inclinó por temas de la naturaleza.

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Un artículo de Alberto Muñoz Moral
Responsable de Comunicación de Licores Reyes