Antonio Salvador Casanova y Estorach (Tortosa, 9 de agosto de 1847-París, 22 de diciembre de 1896) fue un pintor español de un estilo que se puede enmarcar en el costumbrismo romántico. Su obra no fue ajena al vino. Esto lo podemos comprobar en “Monje probando vino”, fechado en 1886.

Nacido en la localidad catalana de Tortosa,1​ en la provincia de Tarragona, se formó con Claudio Lorenzale y Federico de Madrazo. Como Fortuny, Eduardo Zamacois y Zabala o Eugenio Lucas Velázquez, Casanova se movió en el pujante estilo «preciosista» dentro de la vía academicista o conservadora predominante en Europa.

Al contrario de su fama actual, el naciente impresionismo era entonces minoritario y muy discutido. Casanova y Estorach hubo de mirar con reparos las novedades impresionistas, aunque algunos toques abocetados de sus colegas puedan recordar a ellas. Dentro de los «preciosistas» españoles, Casanova fue más lento y pulido de técnica que Mariano Fortuny.

Casanova tanteó la pintura de tema histórico (Carlos V en el Monasterio de Yuste), pero acaso por limitaciones técnicas o por condicionantes de mercado, se especializó en formatos pequeños, generalmente temas historicistas, «de casacón», y de folclore. Se trasladó a París bastante joven; su grabado Andalouses, fechado en 1877, se publicó allí. Dicho grabado al aguafuerte es un buen ejemplo de un tema recurrente del artista: escenas folclóricas, de gitanas y manolas, donde una belleza exuberante se mezcla con actitudes ambiguas. No queda claro si las damas son virtuosas, o busconas.

Otro de los temas predominantes en este artista son las escenas de monjes, cardenales y demás eclesiásticos, disfrutando de una vida cómoda o mirando con picardía a jóvenes mujeres. Fallecido a los cuarenta y nueve años de edad, Antonio Casanova conoció el éxito pero no llegó a explotar todas sus facultades, al igual que ocurrió con su contemporáneo Mariano Fortuny.