Pablo Ruiz Picasso (Málaga, 25 de octubre de 1881-Mougins, 8 de abril de 1973) fue un pintor y escultor español, creador, junto con Georges Braque, del cubismo. Ya hemos hablado de él en esta sección en más de una ocasión. Su obra no fue ajena al vino. Esto también lo podemos comprobar en “Jarrón, vaso, botella y fruta. Naturaleza muerta verde”, fechado hacia 1914.

Jarrón, vaso, botella y fruta. Naturaleza muerta verde (1914), de Pablo Picasso

Picasso y Braque desarrollaron dicho estilo en una primera fase denominada analítica (1909-1912). En 1912 introdujeron un elemento de flexibilidad en forma de recortes de papel y otros materiales directamente aplicados sobre el lienzo, técnica que denominaron collage. La admisión en el exclusivo círculo del cubismo del pintor español Juan Gris desembocó en la etapa sintética de dicho estilo, marcado por una gama cromática más rica y la multiplicidad matérica y referencial.

Entre 1915 y mediados de la década de 1920, Picasso fue abandonando los rigores del cubismo para adentrarse en una nueva etapa figurativista, en el marco de un reencuentro entre clasicismo y el creciente influjo de lo que el artista denominó sus «orígenes mediterráneos». Casado desde 1919 con la bailarina rusa Olga Koklova y padre ya de un hijo, Paulo, Pablo Picasso empezó a interesarse por la escultura a raíz de su encuentro en 1928 con el artista catalán Julio González; entre ambos introdujeron importantes innovaciones, como el empleo de hierro forjado. En 1935 nació su hija Maya, fruto de una nueva relación sentimental con Marie-Therèse Walter, con quien Pablo Picasso convivió abiertamente a pesar de seguir casado con Olga Koklova; a partir de 1936, ambas debieron compartir al pintor con una tercera mujer, la fotógrafa Dora Maar.

El estilo de Picasso no puede ser encuadrado en una lista finita, ya que no solo fue un gran aporte para los principales movimientos modernistas europeos, sino que ciertas vertientes se le atribuyen sólo a él (ej: protocubismo, periodo azul y el minotauro). El éxito de Picasso es un crisol de muchos factores: su genialidad, las escuelas donde estudió (Barcelona y París principalmente), su interés por lo social, su amistad con artistas y marchantes, su producción prolífica de cuadros, la mentalidad innovadora y su liderazgo. Si bien al final de su carrera tendía a pintar figuras cada vez más simples, rozando lo abstracto, su autoridad como artista era incuestionable, especialmente por su bagaje en obras de gran factura. Picasso se ganó el derecho a romper las reglas, ya que logró dominarlas a la perfección.

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Un artículo de Alberto Muñoz Moral
Responsable de Comunicación de Licores Reyes