Georges de La Tour fue un pintor francés barroco. Fue un pintor famoso en vida, aunque cayó en el olvido hasta el siglo xx, cuando su obra fue redescubierta por varios investigadores, en especial el historiador del arte Hermann Voss. Su obra no es ajena al vino. Esto lo podemos comprobar en “El tramposo del as de diamantes”, también conocido como Tahúr con un as de espadas, en español conocido como El tahúr, fechado hacia 1630.

El tramposo del as de diamantes, también conocido como Tahúr con un as de espadas, en español conocido como El tahúr, hacia 1630, óleo sobre lienzo, 106 x 146 cm, Museo del Louvre, París.

Georges de La Tour es el más famoso de los tenebristas franceses. Recibió la influencia del pintor italiano Caravaggio, y debió conocer asimismo la obra de Carlo Saraceni y Orazio Gentileschi. No obstante, se relaciona más con los tenebristas holandeses de la escuela de Utrecht —en particular Gerard van Honthorst— que con Caravaggio. En los cuadros de Georges de La Tour, el origen de la luz es concreto: una vela, una bujía, una antorcha u otra forma de luz artificial, mientras que en las obras de Caravaggio, la luz provenía de un foco de origen impreciso.

Trata temas religiosos, escenas de género y de devoción, todos ellos con el mismo estilo, hasta el punto de que algunos cuadros no es fácil distinguir si se trata de uno u otro, como puede verse en El recién nacido, que no se sabe si representa en realidad La Natividad. Entre los temas religiosos, pintó con preferencia santos asociados a la peste, especialistas en prevenir el contagio, de ahí sus varias representaciones de San Sebastián que, además, era militar. No trató, sin embargo, el tema de la Pasión. No consta que hiciese retratos, sino que prefería representar a la gente humilde, sobre todo figuras femeninas serias, contenidas, piadosas: mujeres que curan heridos, jóvenes madres con niños, varias Magdalenas. Tiene un estilo muy personal. La composición es equilibrada y rigurosa, casi geométrica.

Su obra tiene dos etapas: los cuadros «diurnos» de la primera época y los «nocturnos» de la segunda. El primer período abarca hasta 1638, con cuadros famosos de tahúres y soldados, reflejando un poco la realidad de su Lorena natal, en la que abundaban los soldados jugando, con pícaros. Una fase intermedia viene marcada por su estancia en París (1638-1643). Su segunda época se inicia a su regreso a Lunéville, en 1643. Pinta entonces cuadros nocturnos en los que predominan las luces nocturnas (p.ej. San José carpintero, en esta página). La iluminación, que proviene generalmente de una vela, ilumina con luz blanca o rojiza las figuras. El resto del cuadro queda en la oscuridad, sin que aparezcan paisajes o arquitecturas. Utiliza una paleta prácticamente monocroma: rojo y negro en las escenas nocturnas, blanco y morado en las diurnas.

Pintor muy solicitado en vida, cayó después en el olvido. Fue recuperado entre finales del siglo XIX y principios del XX por los estudios de varios investigadores: Alexandre Joly, Luc-Olivier Merson, Hermann Voss y Pierre Landry. En la exposición de los Pintores de la realidad de 1934 en París (término por el que se conoce a varios artistas realistas franceses de comienzos del siglo XVII, como La Tour, Philippe de Champaigne, Nicolas Tournier, Valentin de Boulogne, los hermanos Le Nain, etc.), Charles Sterling presentó un catálogo de trece obras. En 1948, una tesis doctoral dedicada al artista, de François-Georges Pariset, recogía ya varias decenas de cuadros, mientras que en la primera exposición retrospectiva dedicada al pintor, celebrada en París en 1972, se consignaban 31 originales. Hoy en día se le adjudican unas 70 obras, además de varias atribuciones no comprobadas.

El tramposo del as de diamantes, también conocido como Tahúr con un as de espadas, en español conocido como El tahúr, hacia 1630, óleo sobre lienzo, 106 x 146 cm, Museo del Louvre, París.

Si te ha gustado la obra, y también te gusta el vino, no pierdas la oportunidad de conocer todas las propuestas del sector en la tienda online de Licores Reyes: https://www.licoresreyes.es/shop

Un artículo de Alberto Muñoz Moral
Responsable de Comunicación de Licores Reyes