El sector de bebidas espirituosas creció en 2016 y empieza a salir de la crisis. Las ventas alcanzaron los 214 millones de litros en España, con un aumento del 4% respecto al año anterior. La Hostelería y el incremento de las exportaciones impulsaron al sector. En 2016, el sector de bebidas espirituosas aportó a la economía española un valor por importe de 7.585 millones de euros, lo que representa un 0,12% del PIB, que sostiene a 330.000 empleos entre directos e indirectos, en sectores clave para la economía nacional como la agricultura, el turismo, la hostelería y el sector servicios, según información recogida en el portal de noticias Vinetur.

Con más de 3.800 centros de producción en toda la geografía española, el 80% del tejido empresarial dedicado a la producción de bebidas espirituosas corresponde a pymes y micropymes, en su mayoría empresas familiares y emprendedoras, siendo Andalucía, Castilla la Mancha, Cataluña, Comunidad Valenciana y Galicia las Comunidades que concentran la mayor parte de este tejido empresarial. En la elaboración de espirituosos se emplean más de 200.000 toneladas de materias primas agrícolas (cereales, frutas, remolacha, caña de azúcar) y 52 millones de litros de vino. Gracias a ello se está manteniendo un porcentaje importante de la actividad agrícola. Así se desprende del último Informe Socioeconómico del Sector de Espirituosos en España, presentado por el Director Ejecutivo de FEBE, Bosco Torremocha, y el Secretario General de la Federación Española de Hostelería, esta mañana en Madrid.

El turismo, por su parte, registró el año pasado un nuevo récord, contribuyendo a alcanzar las cifras registradas. Los más de 75 millones de turistas extranjeros que visitaron España el año pasado han sido los motores de estos resultados. De hecho, los españoles son de los que menos consumo per cápita presentan en la Unión Europea. En concreto, se sitúa en 6,2 litros por persona y año, muy por debajo de la media europea.

Las marcas producidas en España han tenido un comportamiento muy positivo, con incrementos superiores al 4%, representando prácticamente el 50% del total del consumo. Las bebidas espirituosas son un sector eminentemente marquista y de valor añadido, de hecho durante el año 2016 las marcas blancas volvieron a descender (-3,7%). De la producción total, el 60% se destinó a consumo nacional y el 40% restante a la exportación. Según los datos ofrecidos por FEBE, las exportaciones de bebidas destiladas se incrementaron en un 6% con respecto al 2015, alcanzando los 589 millones de euros. El brandy sigue siendo la categoría más exportada, y por mercados importadores destacan Filipinas, México y EE.UU. Del Informe también se desprende que, tan solo en imposición indirecta (IVA e IIEE), los espirituosos contribuyeron al erario público con 1.300 millones de euros en 2016. Y es que, pese a representar únicamente el 4% del consumo total de bebidas con contenido alcohólico, las bebidas espirituosas contribuyen con el 72% de la recaudación por Impuestos Especiales.

Con la mejora de la economía, los españoles han recuperado el hábito del aperitivo y la sobremesa y, gracias a los esfuerzos de las marcas del sector, y el apoyo de los consumidores y de los profesionales de la hostelería, el tardeo y el afterwork se instauran como ocasiones para disfrutar de un espirituoso. Es precisamente la hostelería el sector que ha experimentado el mayor crecimiento, en concreto un 4,9% respecto de 2015, de forma que se ha consolidado como principal canal de consumo con una cuota del 59%.

En paralelo al informe económico sobre el sector de las bebidas espirituosas en España, FEBE ha realizado, en colaboración con la Federación Española de Hostelería (FEHR), a través de Fehractiva, un análisis sobre el impacto económico de las distintas bebidas con alcohol, entre ellas las destiladas, para la hostelería en España. Las bebidas con alcohol suponen el 27,8% de los ingresos de los establecimientos hosteleros, con un valor de venta entre los 25.000 y los 30.000 millones de euros.

La principal conclusión del análisis establece que los destilados son las bebidas con alcohol que aportan mayor rentabilidad a la hostelería. Además, en este canal se promueve y realiza un consumo moderado y responsable, manteniendo las pautas del patrón de consumo mediterráneo que conviene conservar. Los datos anteriores tienen su importancia en un sector, el hostelero, que trabaja con márgenes tremendamente ajustados, donde, a pesar de la recuperación, todavía se siguen cerrando más de 40.000 negocios al año y, donde el sub-sector de “establecimientos de bebidas” sigue presentando resultados negativos (-1,5% de locales en 2016)

Dentro del canal de hostelería, son los hoteles y restaurantes y los bares y cafeterías los que han experimentado un mayor incremento, un 8,3% y 5,5% respectivamente. Entre ambos segmentos, representan ya el 85% del consumo total en hostelería. Según Emilio Gallego, “una de las principales conclusiones de este análisis sobre el impacto económico de las bebidas espirituosas en la hostelería es que son uno de los principales pilares de crecimiento de la hostelería en nuestro país y, por lo tanto, del sector turístico. Da un valor diferencial a nuestra oferta, que nos hace únicos frente a países competidores. El estudio concluye que los espirituosos son una categoría muy relevante para el hostelero”.

“Estos datos demuestran la importancia de las bebidas espirituosas para el sector de la hostelería y la forma en la que juntos estamos ofreciendo a los consumidores una experiencia de mayor calidad, donde el ritual, el servicio, la variedad y calidad de la oferta juegan un papel fundamental para los consumidores”, continúa el Secretario General de la FEHR. El estudio también avala la importancia de no perjudicar al consumo con subidas de impuestos, calculando el impacto que tendría una subida del IVA o del Impuesto Especial que grava el consumo de bebidas espirituosas. Los hosteleros nos han alertado de que una subida impositiva podría suponer una importante pérdida de empleos en este sector, ya que los márgenes en miles de establecimientos están ya muy ajustados y tendrían que recortar su personal.

Según Bosco Torremocha, “a partir de estos datos de la mejora de los indicadores, del aumento de la exportación, del tirón de la hostelería y del empleo con tanto impacto generado para la economía española, desde la Federación Española de Bebidas Espirituosas queremos ser optimistas de cara a 2017. Seguiremos trabajando para impulsar el sector y ayudar a la industria, por la promoción de un consumo moderado, responsable y consciente, apostando por la hostelería y sus profesionales, y contribuyendo a generar valor y asegurar la apuesta por la calidad y la innovación”.

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Un artículo de Alberto Muñoz Moral
Responsable de Comunicación de Licores Reyes