Paul Sérusier (París, 9 de noviembre de 1864 – Morlaix, 7 de octubre de 1927) fue un pintor francés perteneciente al posimpresionismo, asociado al movimiento de los Nabis. Su obra no fue ajena al vino. Esto lo podemos comprobar en “Bodegón con fruta y botella de vino”, fechado en 1909.

Bodegón con fruta y botella de vino (1909), de Paul Sérusier

Para entender a Paul Sérusier es necesario echar un vistazo a la llamada Escuela de Pont-Aven. Pont-Aven es un lugar de Bretaña al que se traslada Paul Gauguin en un momento de su vida, buscando algo nuevo en su carrera. Tras trabajar en la capital francesa, decide trasladarse allí para encontrarse con un ambiente más primigenio, con una cultura rural. Junto a Émile Bernard y Sérusier formará la llamada Escuela de Pont-Aven (1886-1891). Paul Sérusier estudió en el Lycée Condorcet en París, donde mostró un temprano interés por la filosofía. En 1885 ingresó en la Académie Julian. Dos años más tarde, viajó por vez primera a Bretaña, donde realizó sus primeras obras naturalistas, de paleta oscura; una de ellas le valdría una mención de honor en el Salon de 1888. El mismo año de 1888 Sérusier visitó Concarneau y Pont-Aven. En esta última localidad, a finales del verano, trabó amistad con Émile Bernard y Paul Gauguin, quienes apenas un mes antes habían sentado las bases del Sintetismo con obras como Mujeres bretonas en el perdón y Visión después del sermón, respectivamente. A comienzos de octubre, guiado por Gauguin, Sérusier pintó Bois d’Amour en Pont-Aven, obra innovadora en su empleo de superficies planas de color arbitrario. De nuevo en París, Sérusier mostró Bois d’Amour en Pont-Aven -también conocida como El talismán por su carácter referencial-, a sus condiscípulos de la Académie Julian, Maurice Denis, Pierre Bonnard, Paul Ranson y Henri Gabriel Ibels. Asimismo les propuso la creación de la hermandad artística de los Nabis -término que en hebreo significa “profeta”-, en la que desempeñó un destacado papel, como artista y teórico. En los veranos de 1889 y 1890 Sérusier volvió a Bretaña, a trabajar con Gauguin. Allí se sintió profundamente conmocionado por la vida sencilla y piadosa de sus habitantes. Tras la marcha de Gauguin a Tahití, Sérusier estableció su estudio en las localidades de Huelgoat (1891) y Châteauneuf-du-Faou (1893), donde pintó a mujeres bretonas, por lo general ocupadas en sus tareas cotidianas, guiado por el ejemplo de su maestro y por su atracción hacia las estampas japonesas. Sus viajes a París se redujeron a cortas estancias cada invierno, para exponer junto a sus compañeros Nabis.

En 1898, introducido por el pintor Jan Verkade, próximo al grupo Nabi, Sérusier visitó el monasterio de Beuron (Alemania), donde recibió las enseñanzas del artista y monje benedictino Desiderius Lenz. A partir de entonces elaboró una compleja teoría del uso del color consistente en la separación de tonos cálidos y fríos, con vistas a evitar las disonancias cromáticas. Asimismo, la influencia de Gauguin fue cediendo paso a una pintura más hierática y alegórica, inspirada en los tapices medievales. Desde 1908 Sérusier impartió clases de pintura en la Académie Ranson, de París. Sus experiencias como profesor, darían lugar años más tarde a la publicación de su manual ABC de la peinture (1921).

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Un artículo de Alberto Muñoz Moral
Responsable de Comunicación de Licores Reyes