Eduardo Millares Sall (Las Palmas de Gran Canaria, 1924-1992) fue un artista multidisciplinar que destacó en el campo del humorismo gráfico, dentro y fuera del contexto isleño, contribuyendo a difundir en la España del franquismo y de los inicios de la democracia otras formas de expresión artísticas, impregnadas del irónico sentido del humor isleño. Su obra no fue ajena al vino y a otras bebidas alcohólicas. Esto lo podemos comprobar en “Sin Título”, fechado en 1947.
Fue un artista multidisciplinar que destacó en el campo del humorismo gráfico, dentro y fuera del contexto isleño, contribuyendo a difundir en la España del franquismo y de los inicios de la democracia otras formas de expresión artísticas, impregnadas del irónico sentido del humor isleño. En 1944, presenta su primera exposición de caricaturas en el Club P.A.L.A. de Las Palmas, a la que le seguirán muchas más.
En 1953 comienza su relación con el periódico Diario de Las Palmas con su viñeta diaria “Humor Isleño”. Colaboración que se mantendrá durante 34 años, hasta 1986, siendo esta la más importante de todas, entre las que también cabe destacar la breve etapa de “Golpitos Deportivos” en el mismo Diario de Las Palmas (con viñetas de humor bajo el pseudónimo de “Orsai”), las del semanario Sansofé (donde firmaría como “Ajoto”, a efectos de gobernación, suponemos), Faicán, Canarias 80, o Roque Nublo (con “Humor y Deporte”).
Participa, a mediados de la década del 50, en la fundación de la Agrupación Vanguardista Canaria de Caricaturistas Personales que llevará el humor gráfico isleño fuera de Canarias, a los Salones del Humor que se celebraban en el Círculo de Bellas Artes madrileño. Durante los años 60 y 70 Eduardo colabora con varias revistas como la grancanaria en lengua sueca Canaria Revy o The Canary Islands Sun en lengua inglesa. Igualmente ilustra y escribe algunos libros entre los que merecen especial mención Los cuentos famosos de Pepe Monagas de Pancho Guerra, dentro de los primeros y los dos Humor isleño (1961 y 1969), de los escritos por él, con prólogos de Pepe Alemán y Pedro Lezcano. 1965 recibió el premio Bayfo de Oro.
En 1968 Eduardo Millares pone en marcha (después de una primera etapa en 1942-1943) el que será el único semanario de humor permitido durante la dictadura en Canarias, “El Conduto”, que durará hasta mayo de 1980.