Antonio Rotta fue un pintor italiano nacido en Gorizia en 1828 y muerto en Venecia en 1903. Rotta está presente en las colecciones de muchas familias reales y de la alta nobleza mundial, incluida la del Rey de Italia Víctor Manuel III de Italia y del Emperador de México Ferdinando Massimiliano d’Habsburg que en 1857 compró la obra “Festa di Santa Marta”. Su obra no fue ajena al vino. Esto lo podemos comprobar en “La Taberna de Venecia”, fechado en 1864.

En la obra de Antonio Rotta siempre percibimos una increíble precisión pictórica, con ejecuciones “a la punta del pincel”, capaz de crear atmósferas extremadamente elegantes a través de una paleta cromática dosificada y precisa. Su lenguaje pictórico tan esencial está modulado por el color siempre vivo que se juega en las cuerdas de las emociones y los afectos, logrando crear imágenes llenas de ternura y sencillez.

Antonio Rotta va a buscar sus temas en la gente, en las personas más bajas, y desprende las pinturas más destacadas con el pincel de la verdad y la inspiración. Nos lleva a una taberna, donde los hombres desperdician pocos ingresos y beben vino en sus sesos; mientras que por otro lado vemos a su familia en la más triste pobreza. (M. Buono, 1871)

Rotta fue uno de los pintores más caros de su tiempo, durante el cual muchas colecciones primarias ansiosas no pudieron comprar las obras debido a los precios excesivos, mientras que en 1964 una de sus pinturas estaba valorada en 1.500.000 liras.