Ulpiano Fernández-Checa y Saiz, conocido en el mundo del arte como Ulpiano Checa, fue un pintor, escultor, cartelista e ilustrador español. Su obra no fue ajena al vino. Esto lo podemos comprobar en “Juego de los cientos, consejo tardío”, fechado en 1895.
Estudió en la Escuela de Bellas Artes y Oficios, y en 1875, ingresó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en la que estuvo hasta 1880; durante su estancia en la Academia obtuvo tres medallas (perspectiva, dibujo de lo antiguo y ropajes y teoría e historia de las bellas artes) y dos becas para pintura de historia. Sus buenas calificaciones le permitieron trabajar como profesor adjunto de Pablo Gonzalvo en la asignatura de perspectiva entre 1879 y 1884. Durante su estancia como pensionado en la Academia Española de Bellas Artes de Roma, Ulpiano Checa colaboró con la revista La Ilustración Española y Americana. Trabajó como ayudante de Manuel Domínguez en la decoración del Palacio de Linares y en la Basílica de San Francisco el Grande, los dos proyectos decorativos más importantes de Madrid durante las últimas décadas del siglo. También decoró el café de su protector con vidrieras de motivos florales. Con motivo del segundo centenario de la muerte de Calderón de la Barca, realizó sus primeras colaboraciones como ilustrador en la revista. Interesado por el devenir artístico, se movió dentro de los círculos culturales madrileños, y participó como socio fundador en la creación del Círculo de Bellas Artes de Madrid.
La obra de Ulpiano Checa se caracteriza por un uso estereotipado del color, del tratamiento de la luz y del uso del dibujo, que se compensan y pasan desapercibidos gracias al dinamismo que imprime a sus obras. Se trata de un artista ecléctico que incorporó a su obra conceptos del impresionismo, el academicismo o el luminismo sin ahondar en ninguno de ellos. Sus cuadros de historia usan incesantemente los caballos al galope como recurso para impactar al espectador por su movimiento suspendido. De sus pinceles salieron galopando hunos, bárbaros, pompeyanos, aurigas, franceses, árabes o reyes. También abusa del recurso de oponer un haz de luz cálido y uno frío, encontrándolo tanto en cuadros de historia como costumbristas o retratos. Se le ha adscrito al posromanticismo. Al no hacer ningún aporte fundamental en el panorama pictórico de su tiempo su obra estuvo siempre a la sombra de otros creadores más comprometidos con su obra que con sus negocios. Tal y como quedó consignado en el catálogo de la exposición Spanish master drawings from Dutch public collections (1500-1900) publicado por el Museo Boymans Van Beuningen de Rotterdam, podemos encontrar dibujos de Ulpiano Checa en colecciones holandesas junto a otros de Goya, Velázquez, Murillo, Alonso Cano, Ribera, Pedro Berruguete, Pedro de Mena, Paret o Eugenio Lucas.
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