Jan Steen fue un importante pintor barroco neerlandés. La vida cotidiana era uno de los temas principales de sus obras. Muchas de las escenas que pintó son animadas y bulliciosas hasta el punto de llegar a mostrar una diversión caótica. El vino, como para tantos otros grandes autores, es un elemento importante en su pintura. Esto lo apreciamos en Escena de taberna.
Jan Steen nació en el seno de una familia adinerada y su pintura representa la línea desenfadada de los cuadros de temática cotidiana. Sus personajes y composiciones estaban muy influenciados por la literatura contemporánea, especialmente por la Commedia dell’arte. Entre los maestros que se han mencionado como formadores de su estilo se encuentran Adriaen van Ostade, del que tiempo atrás hablamos en esta sección.
En este interior de taberna, como en muchas de sus otras obras, aparece un personaje de pie, al margen de la historia, que contempla la escena y que se ha identificado con el artista. Steen incluye regularmente en sus obras a este personaje cuya mirada divertida suele dirigirse hacia el espectador, y que hace las veces de comentarista implícito o de presentador de la escena.
Las primeras escenas que realizó se fechan en la década de 1640, y en ellas sus personajes tienen un aire grotesco. Su estilo fue evolucionando hacia obras con menor número de personajes, a la vez que aumenta su caracterización. Steen fue un pintor prolífico, sobre todo de animadas escenas de tabernas y cuadros de niños, aunque también pintó paisajes, retratos y temas religiosos.
La trama de Escena de taberna es la conocida historia de la mujer embarazada cuyo joven amante la ofrece en matrimonio a un anciano. Estas escenas de la vida diaria también sugieren al espectador mensajes moralizantes. La intención moralizante es obvia en algunos de sus cuadros, como los alusivos a los efectos del vino. “Muchas obras de Jan Steen se basan en estereotipos dramáticos, proverbiales o populares que hacen referencia a la comedia del amor y las tonterías que en su nombre se cometen”, estima Ivan Gaskell.
“Este lienzo representa al parecer una variación de la historia de la mujer embarazada a la que su astuto y joven amante, que hace el papel de alcahuete, ofrece en matrimonio, como si se tratara de una muchacha decente, a un viejo bobalicón. La supuesta víctima, que está encendiendo la pipa, lleva un traje pasado de moda como el que viste el personaje típico del viejo enamorado en otros cuadros de Steen”, concluye Gaskell.
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