Elena Francisca María Brockmann y Llanos (Madrid, 10 de febrero de 1865-Madrid, 26 de enero de 1946) fue una pintora española costumbrista. Estudió en la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Fue la primera pintora de historia en acudir a las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, premiada con mención de honor en 1887 y con tercera medalla en 1892. Su obra no fue ajena al vino. Esto lo podemos comprobar en “El patio de un parador”, fechado en 1887.

Nació en una familia ilustre y acaudalada. Hija del ingeniero de caminos Leopoldo Brockmann González-Losada e Isabel Beatriz de Llanos Keats, sucesora de escritores y novelistas. Su posición social le permitió estudiar en una escuela prestigiosa de arte, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Se matriculó en clases de dibujo de la vida, decisión que sorprendió y escandalizó a todo el entorno de la época, ya que dicha disciplina incluía el estudio de la anatomía del cuerpo humano, algo vetado a las mujeres en su preparación artística.

Posteriormente viajó a Roma donde tomó clases de José Benlliure y Gil y de Joaquín Sorolla quien influyó notablemente en su obra. Además, fue discípula de Sebastián Gessa estudiando con profundidad los bodegones y de su tío Juan Llanos y Keats. Durante su juventud realizó varias copias de obras maestras y después se especializó en la pintura de historia, un género que requería dominio de la figura humana y que ilustraba acontecimientos históricos, mitológicos o religiosos. Pocas artistas lo intentaron, entre otras circunstancias por su mayor dificultad, quedando relegadas al dibujo de la vida cotidiana, el bodegón o el paisaje. A pesar de todas las dificultades y gracias a la amplia preparación recibida, Brockmann realizó de manera sobresaliente la pintura histórica, destacando por sus complejos temas y composiciones. Otra faceta que realizó Brockmamm, aunque menos conocida, fue la de retratista, pero no se prodigó en dicho género.

Entre sus obras destacadas están El patio de un parador​ y Paso de una procesión por el claustro de San Juan de los Reyes, ambas datadas a finales del siglo XIX con la temática costumbrista, muy frecuente en las exposiciones de su tiempo. Estas obras fueron adquiridas por el Museo Nacional de Arte Moderno, pero pertenecen al Museo del Prado.

Paso de una procesión por el claustro de San Juan de los Reyes marcó la carrera de Brockmann. En su exposición causó un gran revuelo un cuadro de pequeñas dimensiones, pero que disponía de una gran confluencia de público movido por la llamativa autoría al ser una mujer.

La Ciociara (1887), retrato donde se observa un gran estudio de la figura femenina, enmarcado dentro de la temática regionalista.

Felipe II recibiendo la noticia de la pérdida de la escuadra Invencible (1895) es su obra más importante, ya que la consagró como la primera mujer que pintaba un cuadro de historia. El cuadro representa el momento en el que el rey se entera de la derrota de la flota española a manos de los británicos en 1588. Trescientos años después del acontecimiento del fracaso militar español, Elena Brockmann retomó la temática -según la crítica- probablemente por su paralelismo con el declive del imperio español en la época que lo pintó. Añaden que se destacó su composición, como una declaración irónica sobre el desastre militar y la advertencia de posibles consecuencias de la ambición política.

Con esta obra, y tras ganar varios premios en anteriores exposiciones nacionales, tenía las características para aspirar a una medalla de primer puesto, por su temática, tamaño y virtudes, pero a finales del siglo XIX este tipo de pinturas perdió popularidad.