Edvard Munch /ˈɛdvɑ:ʈ mʉŋk/ (Løten, 12 de diciembre de 1863-Skøyen, 23 de enero de 1944) fue un pintor y grabador noruego. Sus evocativas obras sobre la angustia influyeron profundamente en el expresionismo alemán de comienzos del siglo XX. Sus obras han sido consideradas como variaciones constantes sobre la gran sinfonía de la existencia humana en sus lados diurnos, pero aún más, como es congruente con la sensibilidad finisecular, en los nocturnos. El amor y el odio, el deseo y la angustia, las pasiones y las emociones, son elevados a arquetipos de la vida anímica del hombre moderno o, incluso, de la propia condición humana. Su obra no fue ajena al vino. Esto lo podemos comprobar en “El día después”, fechado entre 1894 y 1895.

The Day After - Edvard Munch, 1894-1895

Estuvo en 1892 viviendo en Alemania varios años, sobre todo en Berlín, aunque hizo frecuentes viajes a Noruega y París, donde realizó numerosas exposiciones como la de Berlín, la cual tuvo que ser retirada por el escándalo que suscitó y que dio pie a la creación de la Secesión Berlinesa, asociación de artistas dirigida por el gobierno conservador de Berlín. En 1893 entabla relaciones con la tertulia del «Cochinillo negro», lugar frecuentado por los artistas de la época. Ese mismo año pinta El grito, una de sus más importantes obras. Refleja la enfermedad, la muerte y la obsesión religiosa que llenaron su infancia y su juventud como la gran mayoría de sus obras. Entre 1894 y 1897 crea sus primeros aguafuertes mientras continúa realizando exposiciones en Estocolmo, Berlín y Oslo, una de sus exposiciones con más éxito. Con el estudio de Toulouse-Lautrec, Bonnard y Vuillard creó una serie de bocetos mediante una técnica que puede considerarse un invento común de ambos, como eran los bocetos de óleo sobre papel o bien sobre tableros unidos con cola en los que no se trabajaba el fondo.

Cuando Jens Thiis compró este cuadro “El día después” para la National Gallery, Oslo, en 1909, el público se sorprendió; un crítico lo denunció como un retrato de una prostituta borracha. Es improbable que esto haya sido idea de Munch. Pintó varios cuadros de prostitutas, tendiendo a representarlas como poco atractivas o incluso grotescas, mientras que esta mujer se parece mucho a la Virgen y, a pesar de ser diferente en el entorno, comparte su belleza etérea. Probablemente su intención es ilustrar un aspecto de la esencia de la feminidad proteica retratada en esa obra. De hecho, ambas pinturas se refieren a un cuadro perdido de Munch que Hans Jaeger tenía con él en su celda de la prisión cuando fue encarcelado en 1886 por publicar From Christiania’s Bohemia, una novela en la que las descripciones de la vida bohemia libre son paralelas a lo que se muestra aquí. El cuadro actual es más directamente una réplica, modificada por su estilo de los años 1890, del mismo sujeto pintado en 1885-86 y también perdido. Un importante precedente noruego para la representación de una mujer disoluta sin duda habría sido conocido por Munch, la pequeña y exquisita pintura de Hans Heyerdahl de The Champagne Girl, que también fue fuertemente atacada cuando fue exhibida. Si la foto de Munch representa El día después, la de Heyerdahl podría llamarse “La noche antes”. Hasta sus últimos años, Munch nunca se interesó por la pintura de bodegones por sí mismo, pero a veces la introdujo en los cuadros de los sujetos, dándole, como en este caso, el estatus de una imagen separada, un correlato material de la situación humana retratada. Gauguin había empleado la naturaleza muerta de manera similar en algunos de sus retratos, sin darle el mismo grado de independencia. En El día después, los diferentes pares de botellas y vasos sugieren que la mujer ha tenido una visita nocturna.

Al morir, legó más de 1000 cuadros, 15 400 grabados, 4500 dibujos y acuarelas y seis esculturas a la ciudad de Oslo, que construyó el Museo Munch en el barrio de Tøyen en su honor. Las obras se costearon con la recaudación de las salas de cine de propiedad municipal, y se inauguró en 1963. Tras el sonado robo de El grito y Madonna, de gran resonancia internacional, se reforzaron las medidas de seguridad en 2005, de tal modo que las obras más valiosas se exhiben detrás de grandes paneles de vidrio, en expositores que recuerdan a los escaparates comerciales. Los dos cuadros citados se recuperaron con desperfectos menores, y fueron presentados provisionalmente en una vitrina, sin sus marcos, para mostrar el alcance de tales daños. Munch careció de presencia en museos de España hasta fecha reciente. Ahora se conocen dos obras suyas: un retrato de su hermana en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid y otro retrato (en préstamo) en el MNAC de Barcelona.

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Un artículo de Alberto Muñoz Moral
Responsable de Comunicación de Licores Reyes