Paul Troger (Welsberg en Pustertal Tirol, 30 de octubre de 1698 – Viena, 20 de septiembre de 1762) fue un pintor austriaco de la época rococó. Su obra no fue ajena al vino. Esto lo podemos comprobar en “Cristo en el Monte de los Olivos”, datado hacia 1750.
Realizó un largo viaje a Italia antes de 1722, conociendo entre otros a Sebastiano Ricci en Venecia y Francesco Solimena en Nápoles, con quienes posiblemente estudió. Solimena se convirtió en su principal modelo. De 1727-28 es su primera obra maestra, el retablo y fresco de la cúpula de la iglesia de San Gaetano en Salzburgo. Posteriormente marchó a Viena, donde los pintores predominantes eran Rottmayr y Gran, por lo que se fue a la Baja Austria. Realizó muchas pinturas al fresco para los monasterios de esta región, a menudo en colaboración con su compatriota tirolés, el arquitecto Joseph Munggenast.
Su última gran obra fue el altar mayor de la catedral de Brixner, pintado en un estilo muy expresivo que estableció una tendencia (1750). A partir de entonces, sólo creó cuadros de caballete. Desde 1754 hasta 1757 Paul Troger fue rector de la Academia de Bellas Artes de Viena.
Troger usó la luz y el color con un propósito alegórico, de manera que casi siempre, en sus cuadros, hay una parte de luz y otra de sombra. También usa figuras alegóricas, que funcionan como «fuente de luz», lo que suscita también problemas de perspectiva. Se opone a la obra de Gran, más clásico frente a la expresividad de Troger. Esta característica se transmite a su principal alumno, Franz Anton Maulbertsch. Otro importante seguidor fue Martin Knoller. Kokoschka conscientemente se situó a sí mismo en la línea de tradición Troger-Maulbertsch.
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