Luis Egidio Meléndez fue un pintor español nacido en Italia. Hizo casi toda su carrera en Madrid y se le considera uno de los mejores pintores de naturalezas muertas del siglo XVIII. Meléndez pintó más de cien bodegones durante su vida. Bodegón con sandía y acerolas, quesos, pan y vino es una de ellas.

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Los cuadros de Meléndez, por lo general, son de una gran sobriedad y están ejecutados con una solidez de dibujo y un realismo perfeccionista que alcanza hasta los más mínimos detalles. Frente a la ampulosidad, el recargamiento y los alimentos imposibles de otros autores, Luis Meléndez reivindica con sus creaciones el estilo popular del bodegón. Se caracteriza por el predominio de la luz, la expresividad del color y la firmeza del dibujo.

Su estilo en las naturalezas muertas estaba dotado de austeridad y perfección en la representación de los objetos; las texturas de los materiales mostraban una gran seguridad en el dibujo y minuciosidad en los detalles. Son normalmente de tamaño pequeño y presentan la austera tradición de la pintura de naturaleza muerta española del siglo XVII, iniciada por los maestros del Siglo de oro Juan Sánchez Cotán y Francisco de Zurbarán.

En Bodegón con sandía y acerolas, quesos, pan y vino la luz cae desde la izquierda, iluminando la sandía recién cortada, rodeada de cuatro acerolas, tres roscas, una hogaza y una copa de vino. En esta obra Meléndez sigue la tradición del bodegón de principios del siglo XVII, con una representación objetiva de las frutas, el pan y la copa de vino valiéndose del claroscuro para crear una imagen naturalista.

Esta pintura incluía originalmente castañas y una botella de vino. Meléndez utiliza toda su destreza técnica para convencer al observador de que estos deliciosos alimentos están a su alcance. Excepto en unos pocos toques de luz, la pincelada es casi invisible. Cada objeto está cuidadosamente delineado con líneas de contorno definidas. Meléndez es un experto en el tratamiento de las superficies, evidenciando una extraordinaria habilidad para conseguir dar idea de las calidades de las cosas.

Luis Meléndez es una de las figuras más destacadas de una generación que ejerce de bisagra entre los grandes del Siglo de Oro y la titánica figura de Goya, autor del que ya hemos tratado obras vinculadas al vino. Podemos encontrar “La merienda” (1776) ¿Recuerdas este fabuloso cuadro? Tiempo atrás también analizamos “La vendimia, o El Otoño” (1786) ¿Crees que existe alguna influencia de Meléndez en esta obra?

Cada obra pictórica de Meléndez fue minuciosamente compuesta: los objetos eran colocados con una unidad buscada en un sentido reflexivo y realista. “En Menéndez el objeto está visto por sí mismo. Inundado por una luz tórrida, reproducido con una intensidad inaudita; y una especie de cruel objetividad impone su presencia física y la riqueza de su materia”, considera Charles Sterling, en La Nature morte de l’Antiquité à nos jours (1952)

El futuro rey Carlos IV de España, entonces aún príncipe de Asturias, le encargó una extensa serie de naturalezas muertas, de las que se conservan unas cuantas decenas en el Museo del Prado, donde destaca esta obra. Entre 1759 y 1774, Meléndez pintó 44 bodegones para Carlos. En contraste con su actual reputación, durante su vida padeció una gran miseria.

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Un artículo de Alberto Muñoz Moral
Responsable de Comunicación de Licores Reyes