El bodegón, conjunto de comestibles, objetos o seres inanimados, fue uno de los géneros pictóricos que consiguió su autonomía en el siglo XVII. Su nacimiento como género pictórico se ha vinculado al nuevo orden social, económico y religioso que se produjo en los países del norte a partir de finales del siglo XVI.

“Los bodegones, aunque pueden ser interpretados como referencias al bienestar o a la riqueza, esconden, en ocasiones, una simbología religiosa, así como alusiones a los sentidos, a lo pasajero de la vida, a la sensualidad o a la muerte”, según explica Mar Borobia. Los bodegones a menudo contenían un simbolismo religioso y alegórico en relación con los objetos que representaban. Esta rama de la pintura se sirve normalmente del diseño, el cromatismo y la iluminación para producir un efecto de serenidad, bienestar y armonía.

Willem Kalf (Róterdam, 1619 – Ámsterdam, 1693) fue un pintor neerlandés que sobresalió en pintar bodegones, género del que es un gran maestro. Su producción es relativamente escasa y muy cotizada. Entre sus obras más notables se encuentra este “Bodegón con porcelana y copa nautilo”, que actualmente se encuentra en el Museo Thyssen-Bornemisza, de Madrid.

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Las composiciones de Kalf, maestro de lo que se dio en llamar pronkstilleven o naturalezas muertas ostentosas, debido a su énfasis en la sensualidad, son sintomáticas del nuevo orden socioeconómico europeo. Ya no se mostraban objetos mundanos, como décadas atrás en los bodegones; era más habitual presentar elementos caros y, especialmente exóticos. Esta tendencia se hizo muy popular hasta final de siglo, captando la atención del público, que veía en los cuadros aquello que generalmente no estaba a su alcance.

Willem Kalf compuso este bodegón con un esquema triangular cuya base se sitúa en el borde de la mesa y su vértice en la boca de la estrecha y alargada copa de vino que asoma detrás de la concha nautilo. “El pintor, en esta ocasión, ha elegido objetos, como un pequeño reloj de bolsillo, al que ha añadido la llave con la que se le da cuerda sujeta con una cinta roja, una copa de vino blanco con pie decorado y una bandeja de plata de bordes cincelados sobre la que ha colocado una fuente china, azul y blanca, de la dinastía Ming”, considera Mar Borobia.

Se trata de un festín visual que estimula nuestro apetito. Las frutas, tres melocotones y una naranja con flores de azahar y algunas hojas, junto con el limón a medio pelar, contrastan con la concha nacarada del nautilo y el cristal de las dos copas que enmarca esta pieza de orfebrería. Completan la suntuosa selección, en palabras de Mar Borobia, “un cuchillo con el mango de ágata a la izquierda, una alfombra oriental plegada a la derecha y pequeñas pepitas de uvas diseminadas por la esquina de la mesa de mármol y por la bandeja de plata”. Evoca, con brillantez, las riquezas acumuladas por los acaudalados mercaderes holandeses.

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Óleo sobre lienzo del año 1660, en “Bodegón con porcelana y copa nautilo” encontramos temáticas recurrentes en la obra de Kalf. De hecho, muchos de estos objetos se repiten en su pintura. Y son siempre ostentosos, elementos muy caros. Se trata de objetos suntuarios a los que debió de tener fácil acceso por su actividad como marchante. Kalf juega con la luz en esta obra, que envuelve los objetos a la vez que nos va desvelando las calidades y los colores.

En cuanto al sentido de los objetos y su disposición, se ha mencionado el paso del tiempo por la presencia del reloj abierto en el ángulo izquierdo de la mesa, así como la fugacidad de la vida por los restos de frutas, las pepitas o el vaso roto. Sam Segal analizó el significado de otros elementos de la composición, como la relación limón-reloj y su posible alusión a la templanza y moderación pues, según se creía en ese momento, su jugo contrarrestaba los efectos del alcohol. La copa de vino nos habla del eterno combate contra el tiempo, que destruye y deteriora en su masivo consumo, ejerciendo igualmente un efecto bienhechor en su trascurso.

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Un artículo de Alberto Muñoz Moral
Responsable de Comunicación de Licores Reyes