Henri Catargi (6 de diciembre de 1894, Bucarest, Rumania – 19 de julio de 1976, Bucarest) fue un renombrado pintor rumano de Braşov. Su obra no fue ajena al vino. Esto lo podemos comprobar en “Bodegón con botella de vino y limones”, fechado en 1926.

Bodegón con botella de vino y limones (1926), de Henri Catargi

Nacido el 6 de diciembre de 1894 en Bucarest, Henri Catargi se convertiría en uno de los mejores artistas rumanos, una gran influencia en el mundo nacional de las artes del siglo XX y una fuente de inspiración para muchas generaciones de jóvenes pintores rumanos, como el que trató de introducir las influencias europeas -y especialmente francesas- en el arte tradicional rumano. Pero si muchos antes y después de él lo hicieron, Catargi logró crear un estilo original y profundamente personal, fácilmente reconocible.

Se instaló en París en 1919 y hasta 1922 estudió arte en la Académie Julian y en la Academie Ranson, con varios maestros importantes de su tiempo como Maurice Denis y Édouard Vuillard. En esa época, trabajó intensamente por su cuenta y descubrió en el Museo del Louvre las obras de Poussin, su principal influencia de la época, que copió y descubrió una y otra vez. Al principio, sus temas eran bastante limitados, principalmente paisajes, mientras que su estilo estaba marcado en gran medida por las tradiciones románticas. Con el tiempo su estilo se desarrolló hasta convertirse en uno mucho más moderno, creando incluso una impresión de tres dimensiones en sus obras. Fue la manera de Catargi de adaptarse al nuevo arte, de una manera mucho más realista.

Durante este período el principal interés de Henri Catargi fue el color, con todos sus matices, aunque en un principio utilizó principalmente el marrón, el ocre, el blanco, el gris, el verde y el rojo oscuro, con varias variaciones. Una paleta de colores bastante limitada, pero que hacía que sus obras fueran aún más interesantes. Más tarde, a partir de 1930, comenzó a incorporar más colores en sus composiciones y también comenzó a enfatizar elementos importantes con líneas gruesas y negras – una idea interesante que construyó varios “hitos de atención” en sus pinturas. Al poner algo al frente de todo el conjunto, Catargi logró sorprender e impresionar. También realizó un impresionante número de bocetos y dibujos, en tinta o crayón, así como en acuarela, principalmente paisajes y figuras femeninas, al mismo tiempo que se hizo mucho más popular tanto en su país como en Europa. Murió en 1976 en Bucarest, dejando atrás una de las más ricas selecciones de obras jamás realizadas por un artista rumano.

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Un artículo de Alberto Muñoz Moral
Responsable de Comunicación de Licores Reyes