Rudolf Koivu (1890-1946) fue un ilustrador y pintor finlandés, más conocido por ilustrar libros de cuentos de hadas para niños, que son popularmente perdurables y atemporales. Su obra no fue ajena al vino. Esto lo podemos comprobar en “Bodegón”, fechado en 1930.
Nació en San Petersburgo. Koivu estudió en la escuela de dibujo de la Asociación de Arte de Finlandia en Helsinki en 1907–1910. Durante sus estudios, Koivu adquirió dinero haciendo dibujos animados para Tuulispää y Kurikka. Después de terminar la escuela, se convirtió en un artista libre. Su intención era convertirse en pintor, pero ganarse la vida lo obligó a convertirse en ilustrador. Sin embargo, como pintor, no fue destacado, y se convirtió en uno de los ilustradores más destacados de Finlandia. Koivu realizó un viaje de estudios a París y Londres con su compañero de estudios, Matti Warén, en 1914, cuando se familiarizó con el estilo Art Nouveau y lo adoptó como propio.
Sus primeras ilustraciones aparecieron en 1911 en la revista infantil Koito. Comenzó como ilustrador permanente de WSOY en 1914, pero más tarde trabajó para varias editoriales. Ilustró cuentos de Zacharias Topelius, Anni Swan y Hans Christian Andersen, entre otros. Koivu murió en Helsinki en 1946. En su honor, el Premio Rudolf Koivu fue creado en 1949. Se concede cada dos años a ilustradores finlandeses de libros infantiles.
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